El azafrán es, con diferencia, la especia más cara del mundo. ¿La razón? El azafrán se elabora artesanalmente a partir de los pistilos del azafrán púrpura. En cada planta sólo hay tres estigmas de color rojo ladrillo, las hebras de azafrán. Su sabor aromático y ligeramente ácido se aprecia especialmente en paellas, salsas ligeras, pilafs, platos de pescado y aves, así como en masas de levadura y galletas, y el color amarillo es popular en risottos y numerosos postres como el pudín de sémola o el arroz con leche.
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